Rubén desnuda el alma en escena

En el taranto con tangos a lo Manolo Marín, Rubén Olmo se expresa con suprema elegancia, buscando la exquisitez, que no la sobreabundancia de pasos inútiles, hasta que dos cantes por seguiriyas de Cheíto establecen una cortina musical a fin de digerir la experiencia del protagonista en todo tipo de danza.

Verbigracia. Olmo sale al con un gaitero para regalarnos la ‘Falsa Farruca’, coreografiada por Israel Galván, donde el sevillano nos regaló una interpretación acabada, inyectando al estilo fuerza, carácter y temperamento, pero sin dejar de dosificar con inteligencia y consiguiendo el vuelo de fantasía que necesita este palo, con lo que dejó el escenario despojado para que hasta la glosolalia final -el clásico temple inicial del «tran tran treiro»- viene a evidenciar cómo se puede construir desde lo concreto aunque sin intervención emotiva.

Chupete, el percusionista, dio una soberana lección del manejo de las castañuelas, en tanto que el piano de Alejandro Cruz -¡sombreros al aire!- nos sitúa ante las ‘Sonatas del Padre Soler’, una partitura precisa y musical que entrega atmósfera y que permite el fluir de la danza, donde Olmo, con la coreografía de Rafael Estévez y Valeriano Paños consigue poner magia en el escenario a través de un gran despliegue físico que roza con la gimnasia artística y que sólo puede realizar un cuerpo dotado para acertar con el aporte al relato danzado.

Sorprende, igualmente, el ‘Locus amoenus’, paso a dos de Rubén Olmo y Patricia Guerrero, donde la granadina hasta le canta por bulerías, ejercitándose ambos con mucha sensorialidad y en un alarde de desafíos coreográficos, desplegando el lenguaje del baile con todas sus dificultades, manejando los tiempos y las pausas sin renunciar a nada, del mismo modo que hay que resaltar el sentimentalismo dialogante de Eduardo Leal y Olmo, ambos con falda y describiendo líneas bellísimas y de solidez ante el controlador MIDI de Alejandro Cruz.

Cheíto ejecuta una canción que nos empapa con «vientos que van siempre a compás», empujándonos a la clausura, centrada en la danza que Rubén Olmo, en zapatilla, armoniza el mantón para sobrevolar los límites del sueño y así coronar una brillante velada dancística convertida en un mundo mágico pleno fantasías e ingenio.

‘Horas contigo’ es, sin duda, la maduración de la relación graficada en la danza de Rubén Olmo, un bailarín-bailaor que se desnuda el alma en escena a través de una obra compilatoria de su trayectoria pero sin desarrollo convencional, donde el contenido lo ponen los cuerpos que se desplazan, unen y desunen, trasladando la reflexión hacia cómo se construye compañía desde la sincronización y la interacción, todo en una sugerente semi penumbra que hemos de completar con la imaginación.

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El flamenco junta clasicismo y contemporaneidad

El festival de Jerez confirma la querencia de la nueva generación de artistas del género por la danza más actual

El bailarín Rubén Olmo reunió en su espectáculo en el festival todas sus referencias dancísticas: la de la danza clásica española en primer lugar, como gran madre que puede acoger en su seno manifestaciones como el flamenco o el folclor pasando por la escuela bolera. También incluyó otras más cercanas, las que van de los maestros a los compañeros e, incluso, a los discípulos. Los primeros no se nombran, pero están implícitos (Linares o Azorín). De los segundos, toma coreografías expresamente creadas para él, como es el caso de Israel Galván y Estévez&Paños. A dos antiguos alumnos —Eduardo Leal y Patricia Guerrero— los deja volar para que muestren unas creaciones propias que él comparte con ellos en igualdad. Tres pasos a dos muy distintos en su concepción y ejecución. Pero, sobre todo, la gran referencia a la que se acoge Rubén es él mismo: su propia danza y su propia estética, que es lo que termina por otorgar unidad a todas las piezas reunidas en una obra que trata de ser una reflexión sobre la vida del artista y las horas transcurridas frente a la barra y el espejo, que él quiere compartir con su público.

Olmo reconoce que esta es su obra más intimista, y no lo es solo por los contenidos seleccionados, que en algunos casos provienen de otras obras, sino por el tratamiento que reciben dentro de un espectáculo que se muestra cuidado y fluido hasta en las transiciones musicales, con una banda que crea las necesarias atmósferas para cada pieza. El primer paso a dos con Leal transmite delicadeza y pausa, una de las constantes de la obra que, no obstante, tuvo su momento de excepción en el baile del taranto seguido de unos vivos tangos, el momento flamenco del espectáculo. Fue grato reconocer la huela de Galván, el tono humorístico y las geometrías que lo identifican en su Falsa Farruca. También fue perceptible la renovación estética que Estévez y Paños aportan al género en la interpretación de las Sonatas del Padre Soler. Rubén se muestra dúctil con esas propuestas a la vez que las hace suyas. De la misma manera que se acopla al diseño del paso a dos que le propone la joven Guerrero, obligadamente fresco. Una muestra más de la elegancia que preside la obra toda. El broche final, la espectacular Danza del mantón, de su obra Tranquilo Alboroto, con esas formas que simulan extraños pájaros, además de un regalo, se antoja como un ejercicio de reivindicación de una escuela, la española, y una estética, la suya.

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Rubén Olmo, Premio de la Crítica del XXIII Festival de Jerez

Rubén Olmo y José Maldonado han obtenido el Premio de la Crítica y el Premio Artista Revelación, respectivamente, otorgados por los críticos especializados mediante votación por su actuación en el XXIII Festival de Jerez, celebrado entre el 22 de febrero y el 9 de marzo. Por este mismo procedimiento de votación, Lela Soto ha sido distinguida con el Premio Pellizco Flamenco y Canito ha conseguido el Premio Guitarra con Alma.

         Rubén Olmo -Premio de la Crítica- se ha hecho con el Catavino de Plata y el correspondiente diploma acreditativo que entrega cada año la Cátedra de Flamencología de Jerez -con el patrocinio del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xeres-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez- por su espectáculo ‘Horas contigo‘, que se puso en escena el 4 de marzo en el Teatro Villamarta.

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RUBÉN OLMO, Premio de la Crítica del XXIII Festival de Jerez – «Horas Contigo» (2019)

Rubén Olmo -Premio de la Crítica- se ha hecho con el Catavino de Plata y el correspondiente diploma acreditativo que entrega cada año la Cátedra de Flamencología de Jerez -con el patrocinio del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xeres-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez- por su espectáculo ‘Horas contigo‘, que se puso en escena el 4 de marzo en el Teatro Villamarta.

         En este montaje Rubén Olmo reflexiona sobre las horas que pasan los artistas en  los estudios de baile y los procesos creativos que llevan a cabo. Además, rescató coreografías que otros artistas habían creado para él como la ‘Falsa farruca’ de Israel Galván o las ‘Sonatas del Padre Soler’ de Rafael Estévez y Valeriano Paños.

         ‘En Horas contigo’ Rubén Olmo contó con la presencia de los bailaores Eduardo Leal y Patricia Guerrero como artistas invitados.  El elenco artístico lo completaba José Luis García ‘Cheíto’ al cante, José Suárez ‘Pitín’ a la guitarra, Alejandro Cruz al piano, Rubén Díaz en la gaita y la flauta y David Rodríguez ‘Chupete’ en la percusión.

https://www.diariodejerez.es/ocio/Ruben-Olmo-Premio-Critica-Maldonado-Canito-Lela_0_1338766321.html

DISTOPÍA, de Patricia Guerrero en RAI News

Preestreno el 5 de septiembre 2018 en el Festival Oriente Occidente de Rovereto (Italia)

«El mundo se mueve entre la realidad y el sueño, la verdad y el delirio, y es muy difícil atraparlo, propiciando la inmersión a través de movimientos propios, pero que se entrelazan, siendo el juego de pulsiones y de ritmos los elementos que más han de navegar en el aire. En este caso, la ficción supera a la realidad, dando lugar a un mundo no deseado como los fragmentos de una utopía destruida, como materia de uso extraída del mundo en el que vivimos. Mientras intentamos comprender la sociedad y sus desaciertos, en lo más profundo late la evocación de tendencias siniestras como alternativa y deseable a esa nueva realidad perfecta. Es una huida fallida o una insurrección fracasada, un final feliz».

Patricia Guerrero, una artista sin límites

La bailaora Patricia Guerrero posa para ‘Diario de Sevilla’. / Antonio Pizarro

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Diario de Sevilla

Rosalía Gómez
24 Agosto, 2018

En su último trabajo, ‘Distopía’, la bailaora granadina afronta uno de los mayores retos de su carrera.

«Yo no he parado de bailar desde que era una niña y nunca he militado de forma activa en ningún partido u organización, pero me interesan cada vez más los temas sociales y creo que, como artista, he encontrado una especie de compromiso a la hora de contar cosas. Siento que es algo necesario hoy día porque hay que crear una conciencia social frente a las numerosas injusticias que existen y los artistas podemos llegar a mucha gente».

Con estas palabras explica Patricia Guerrero (Granada, 1990) el porqué de su último trabajo, Distopía, un espectáculo que se estrenará en el Teatro Central, con las localidades ya agotadas, el próximo 9 de septiembre en el marco de la Bienal de Flamenco.

En realidad, la idea surgió de una propuesta que le hizo el Centro Pompidou de Málaga para ilustrar la exposición semipermanente que albergará hasta 2020 sobre las Utopías Modernas. A partir de ahí, con la valiosa colaboración del director de escena Juan Dolores Caballero -director también de su anterior espectáculo, Catedral-, Patricia Guerrero creó un personaje femenino que sufre en carne propia las contradicciones de una sociedad que acaba por pervertir cualquier utopía hasta convertirla en una distopía, es decir, llevándola hasta la más cruel de las dictaduras y, casi siempre, al sometimiento de la mujer por parte del hombre. La breve pieza presentada en junio contenía ya un imaginario ligado de algún modo a las numerosas fábulas futuristas reflejadas en libros y en películas como 1984, Un mundo feliz o Farenheit 451 y que, desgraciadamente, cada día presentan más similitudes con la realidad.

Así, si en Catedral buceaba en los condicionantes que la religión imprime en las mujeres, en Distopía la artista profundiza en el papel social que éstas desempeñan en las distintas sociedades, plenamente consciente de que estas reflexiones constituyen uno de los motores principales de su baile y de su necesidad de expresión.

«A pesar de la dureza del tema, la pieza es muy luminosa y muy rica musicalmente», dice la artista

Guerrero deja muy claro, sin embargo que, a pesar de la dureza de su contenido, esta obra, dirigida como se ha dicho por Juan Dolores Caballero, es «un espectáculo de flamenco absolutamente luminoso, incluso divertido en ocasiones, en el que no intentamos contar ninguna historia concreta sino emociones que todo el mundo puede comprender, como la rebeldía frente a la opresión, el amor, la locura o la claudicación final, y en el que hay muchísimo baile (unos tientos con letras de Francisco Moreno Galván, una soleá con bata de cola, unas cantiñas preciosas…), si bien he tenido que crear una especie de código nuevo dentro de mi lenguaje para poder contar todas esas contradicciones de la protagonista. Un reto que he aceptado con enorme ilusión porque no quiero ponerme límites como artista, de la misma forma que no quiero dejar de hacer lo que deseo por ningún tipo de imperativo social».

Es seguro, pues, que Distopía contendrá grandes dosis de danza, y de elevada calidad vista la trayectoria de esta joven de técnica apabullante -a pesar de no haber pisado nunca un Conservatorio de Danza- que con sólo diecisiete años había ganado ya, entre otros, el premio Desplante del Festival de las Minas de la Unión y que ha recorrido el mundo con compañías como las de Mario Maya, Rubén Olmo, Ballet Flamenco de Andalucía (en calidad de bailarina solista), Arcángel, Belén Maya o Andrés Marín y con la suya propia, con trabajos como Desde el Albayzín, Latidos del Agua, Doce tiempos (junto al violinista Bruno Axel) o el citado Catedral, Giraldillo al Mejor Espectáculo de la pasada Bienal, con el que lleva realizadas ya 48 funciones en numerosos países.

Patricia Guerrero, sacando músculo.

Siempre acompañada en el escenario por artistas de primer nivel, en Distopía ha contado con sus grandes colaboradores de siempre y con algunas novedades. Entre los primeros, el guitarrista Dani de Morón y el percusionista Agustín Diassera, dos intérpretes que «además, son grandes compositores y han creado una maravillosa banda sonora para el espectáculo», dice la artista, cuya afición a la música la llevó a estudiar Magisterio en su rama Musical.

Junto a estos y a José Manuel Posada Popo (bajo eléctrico), estarán el bailaor Ángel Fariña y el bailarín de danzas urbanas Rodrigo García Castillo. Las voces serán las del joven cantaor granadino Sergio El Colorao y una cantante lírica, Alicia Naranjo, que pondrá el contrapunto lírico en algunas escenas.

«Un equipo fantástico y cien por cien comprometido en el proyecto con el que estoy absolutamente encantada», dice la bailaora que, tras su estreno en el Central, volverá a la Bienal el día 16 , para bailar en el esperado Don Quixote de Andrés Marín.

Endirecto y Rubén Olmo comienzan nueva andadura juntos

Estreno Absoluto «Horas Contigo» el 20 de mayo en FLAMENCO MADRID

SONATA Nº24 EN RE MENOR. Es una coreografía creada por Rafael Estévez y Valeriano Paños en el año 2010 para Rubén Olmo. Esta coreografía forma parte del repertorio del espectáculo «SONATA» de Estévez / Paños y Compañía. Ocho años después será interpretada de nuevo por Rubén Olmo en su nuevo espectáculo «Horas Contigo»

SONATA Nº24 EN RE MENOR, de Rafael Estévez​ y Valeriano Paños​ para Ruben Olmo​

SONATA Nº24 EN RE MENOR; Es una coreografía creada por Rafael Estévez y Valeriano Paños en el año 2010 para Ruben Olmo. Esta coreografía forma parte del repertorio del espectáculo "SONATA" de Estévez / Paños y Compañía. Ocho años después será interpretada de nuevo por Rubén Olmo en su nuevo espectáculo "Horas Contigo".#EstévezPañosyCompañía #SonatadeEstévezPañosyCompañía #EstévezPañosOlmo #SonatadelPadreSoler #RafaelEstévez #ValerianoPaños #RubénOlmoCámaras y fotografías: Borja Cortés / Rafael EstévezEdición de vídeo: Rafael Estévez

Publicada por Estévez / Paños y Compañía en Lunes, 7 de mayo de 2018

 

 

ABC Sevilla – El reto de crear un referente cultural y turístico en la vieja iglesia de San Miguel

La iglesia de San Miguel de Alcalá sigue sumando episodios a su rica y azarosa historia. El último lo protagonizan tres emprendedores que han asumido el reto de convertir este espacio en un lugar para la cultura y el ocio enclavado en el barrio del Castillo. Un lugar privilegiado donde se enclava un contenedor fantástico que ellos quieren llenar de ideas, música, danza, teatro y cultura. Una apuesta personal que implica también una profunda transformación para el barrio y para el turismo en la ciudad….

UBU – 29e Arte Flamenco à Mont-de-Marsan : l’hymne à la liberté de Patricia Guerrero

À Mont-de-Marsan, durant toute une semaine, au début de chaque été, on vit à l’heure flamenco : on respire flamenco, on vibre au rythme du flamenco… et ce, vingt-quatre heures sur vingt-quatre.

Fondé il y a vingt-neuf ans par Henri Emmanuelli (alors député des Landes) et sa femme Antonia, le festival Arte Flamenco est devenu, hors de l’Andalousie, le rendez-vous incontournable où se retrouvent les étoiles de la galaxie flamenca, attirant un public international toujours plus nombreux. En juillet, la cantaora Marina Heredia avec sa voix sublime, le danseur gitan El Choro et bien d’autres participaient au 29e Arte Flamenco (3-8 juillet 2017).